1. Empatizar

De acuerdo con los conocimientos adquiridos durante el semestre, realizaremos un proyecto que une el Diseño Colaborativo y el Desing Thinking, cada grupo de trabajo estará conformado por 4 integrantes de carreras diferentes. A continuación, se documentará todo el proceso de investigación e ideación del proyecto.

Metodología Desing Thinking

La primera etapa del Desing Thinking es empatizar, por lo tanto, empezamos por conocer a cada uno de los miembros, El equipo cuenta con un grupo multidisciplinario, multicultural y multinacional lo que permitió que tuviéramos diferentes frentes de conversación y compartiéramos sobre nuestras culturas y la experiencia vivida en Uruguay. Aunque llevamos un tiempo asistiendo a la misma clase, no habíamos hecho un acercamiento para conocernos entre sí. El grupo se conformó en 30 minutos, tiempo en el cual nos dedicamos a conocer lo básico de cada uno, como, por ejemplo: el nombre, la carrera que estudiamos, de donde somos y lo que no puede faltar, el número del celular.   El equipo está compuesto por 4 diseñadores, pero cada uno de diferente área y de diferente país, Lucia Alvarez (Diseño multimedia), Manuela Barrandeguy (Diseño de modas) las dos son de Uruguay, Maximiliam Eifel (Diseño gráfico) de Alemania y yo, Laura Montenegro (Diseño industrial) de Colombia.  Para buscar agilidad, se creó un chat en Whatsapp, el cual nos permitió comunicarnos y compartir sobre el área que nos interesaba a cada uno, coincidiendo en que los 4 estábamos interesados en realizar un proyecto que aportara al medio ambiente, la sustentabilidad y la conciencia social.

Después, empezamos a observar y empatizar con el entorno y el usuario, sin embargo, la duda era ¿Qué hacemos que no se haya hecho ya en Uruguay? Esta duda nos rondaba la cabeza a casi todos, y finalmente concluimos que debíamos enfocarnos en el problema de la utilización de bolsas de plástico.  Es importante aclarar que no buscábamos solucionar el problema sino concientizar y fomentar en las personas un cambio. No es una idea inédita, pero como los integrantes somos de otros países, si nos llamó la atención que a pesar de que es un tema en el cual un gran porcentaje de países están trabajando, Uruguay no haya adoptado las regulaciones internacionales. Por ejemplo, en Argentina, debes llevar la bolsa ecológica en la cual vas a retirar el mercado del establecimiento, porque al momento de pagar en las cajas, no te dan bolsa.  Mientras que en Alemania y Colombia si quieres bolsa plástica, debes pagar por cada una que uses, lo que genera que se esté creando el hábito de que cada persona siempre lleva consigo la bolsa ecológica. 

Como mencionamos anteriormente, en Uruguay todavía no está implementada la ley de prohibición de uso o cobro de bolsa plástica, lo que conlleva a que las personas malgasten o reciban todas las bolsas que les entregan, así que decidimos irnos por esa rama, pero, allí nacieron nuevas dudas, ¿Cómo podemos reducir la contaminación plástica? ¿Qué podemos hacer para que las personas dejen de usar bolsas plásticas? ¿Cómo generamos un impacto social?

Así que, investigando, nos enteramos que hace algún tiempo usaron una bolsa hecha de tela a la que llamaban “la chismosa”, pero la gente no la tomo como un hábito y su uso se fue olvidando, a partir de esto tomamos la idea de retomar “la chismosa”, pero la pregunta era, ¿Cómo generamos impacto social y que no sea una simple bolsa de tela más?

"Chismosa"

En Uruguay hay muchas personas que viven en la calle, así que pensamos que se podría crear un proyecto que constara de dos partes, por un lado ayudar a los habitantes de calle y por el otro, concientizar a las personas sobre el cuidado del medio ambiente, pero la gran pregunta era ¿Cómo?, llegando a la conclusión que muchos de nosotros tenemos ropa que ya no usamos y no sabemos qué hacer con ella, así que pensamos, porque no unir estas dos propuestas realizando un canje, donde las personas lleven a donar la ropa, y en contraprestación se les dé una bolsa de tela. Esta bolsa seria elaborada con la ropa donada que este dañada, y para darle un toque más de pertenecía e identidad, decidimos que se podría estampar en ellas los diseños de desagües o baldosas de la calle, de lugares emblemáticos de Uruguay, creando de esta manera una pieza con un fin sustentable y social (Upcycling).

Esta idea de usar los desagües o las baldosas para imprimir en las bolsas, surgió a partir del proyecto Raubdruckerin, que nos contó nuestro compañero Max que fue implementado en Alemania, siendo una idea patentada pero liberada para uso sin fines de lucro (comerciales).

https://raubdruckerin.de/en/

Además, también se pensó que para que el proyecto se pudiera difundir y contagiar, llevara un mensaje o el hashtag #YoAyudo para que las personas se interesaran y “pasaran la voz”.

Ya en este punto, se expuso en clase lo que teníamos, llevábamos bien el proceso, la idea gusto y además íbamos adelantados porque no solo hicimos la primera etapa de empatizar, sino que también adelantamos más o menos un 80% de la segunda etapa que es “Definir”. Teniendo en cuenta esto, nos tranquilizamos y fue ahí donde fallamos…

Cuando se presentó por primera vez, tuvo tan buena respuesta, que ya nos veíamos, buscando los diseños de los desagües, investigando sobre las tintas ecológicas, donde conseguir y donar la ropa, en fin, con el trabajo finalizado. Pero nuestro falla fue, que nunca nos preguntamos que querían las personas, si estarían interesadas en las bolsas o incluso que pensaban sobre el tema de la contaminación plástica, así que cuando presentamos por segunda vez, nos dimos contra la pared (como decimos en mi país) íbamos tan apresurados y a la vez relajados, que nos faltó humildad, porque al encontrar el problema pensamos tan rápido en la solución que no nos pusimos a averiguar qué opinaba la gente, pensábamos darle así de sencillo, solución a algo tan complejo, cuando al fin nos pusimos a pensar en esto, fue decepcionante ya que decíamos, ¿cómo pudimos adelantarnos de esta manera, si sabemos que tenemos que hacer paso por paso?¿Por qué encontramos tan rápido la solución sin ir más allá?, pero esto no hizo que nos detuviéramos, esto ayudo a levantarnos y aprender de nuestro error, así que fuimos otra vez con toda y con ánimo buscando más ideas, volviendo a empatizar. 

A pesar de que tuvimos un error, no nos dimos por vencidos, muchos dirán, no se podían dar por vencidos porque esto tiene nota y además “si o si” tienen que presentar, pero, yo no lo vi así, yo lo vi, como un reto más y un aprendizaje más, no todos los caminos fáciles que tomemos, siempre serán los indicados, por el contrario, el camino difícil trae mejores cosas, además siempre digo, si las cosas fueran fáciles, todo sería aburrido, así que nos levantamos y volvimos con toda, además de que trabajar con estos chicos que no conocía y eran de diferentes carreras y países, me hizo aprender más de cada uno, me hizo trabajar cómoda porque el trabajo no se volvió una competencia de quien es mejor que quien, todos aportábamos y trabajábamos por igual, haciendo que se llegara a grandes cosas y a entendernos, tanto que con que nos reuniéramos una vez a la semana por una hora, era más que suficiente, algo que nunca había vivido con mis compañeros de universidad en Colombia, que para realizar un proyecto nos reunimos más o menos las 24/7 y aprendí, de que si cada uno está dedicado y no busca superar al otro, se pueden llegar a hacer grandes cosas.

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